Danza Oriental

La Danza Oriental, en árabe «Raks Sharki”, está conformada por una gran variedad de estilos y su milenaria práctica se extiende desde los países árabes del Norte de África y Oriente Medio hasta Turquía e incluso Grecia en Europa.

La práctica de esta danza ofrece numerosos beneficios para la salud de cualquier persona que la practique. Lo que nos aporta, tanto en términos fisiológicos y psicológicos como en su contribución espiritual, la coloca a la altura de las disciplinas milenarias tales como Yoga y Tai Chi, siendo además un arte.

Beneficios físicos:

Fortalece la musculatura de todo el cuerpo, en especial la zona abdominal y pélvica, glúteos, piernas y brazos. Por lo tanto, en una clase de Danza Oriental se corrigen los vicios posturales y se mejora la alineación del cuerpo (columna vertebral, pelvis y piernas) ofreciendo inmediatas aportaciones para la vitalidad, la salud y la calidad de vida que van más allá del aprendizaje de la danza.

Mantiene y desarrolla mayor flexibilidad articular y el fortalecimiento óseo. Por eso es recomendable tanto para las personas sanas como para las que necesitan retrasar y aliviar los efectos del reúma y artrosis o compensar el avance de la descalcificación y osteoporosis. Gracias a sus movimientos circulares y ondulantes mantiene elástica la columna vertebral, sobre todo en la zona cervical, lumbar y cintura escapular.

Así, evita la rigidez y retrasa el colapso final de las lumbares, fenómeno que nos alcanza con el paso de los años, seguido del bloqueo energético, ya que la zona lumbar coincide con el primer y el segundo chacra, es decir, el de los órganos sexuales y el del centro energético ubicado a la altura del ombligo.

Debido a los movimientos centrados en la zona pélvica-abdominal, influye el funcionamiento de los órganos sexuales internos de la mujer, aliviando los síntomas de la menstruación y de la menopausia o preparando para el parto. Potencia el funcionamiento del sistema cardiovascular y el tránsito intestinal. Mejora la condición física del cuerpo de forma global, y ayuda a regular el peso.

Muchas personas se benefician de las clases de danza para desarrollar la coordinación, armonización y disociación de movimientos, tan útiles en cualquier área de la vida cotidiana.

Beneficios para la salud psíquica y emocional:

La Danza Oriental no pone límite de edad a quien quiera disfrutar de ella. Conduce al bienestar y el equilibrio psíquico mediante la actividad física combinada con la relajación y meditación al ritmo de la música. Fortalece la autoestima y la confianza en una misma. Permite desconectar de las tensiones y problemas, de la actividad mental e intelectual.

Ayuda a reencontrarse y a sentirse a gusto consigo misma. Enseña a esforzarse por aprender y mejorar mediante ejercicios de perfeccionamiento de la técnica del movimiento, que sirve de paralelismo con la vida cotidiana. Aprenden a buscar la misma satisfacción del esfuerzo y recogida de sus frutos en cualquier campo de la vida.

Permite desinhibirse y vencer barreras psicológicas y la timidez. Con su sutileza, sensualidad, elegancia y erotismo, la Danza Oriental le hace hallar en su interior la belleza, tanto física como espiritual, que procede de la emoción que trasluce el cuerpo al disfrutar de las artes milenarias de la música y de la danza. Le brinda la ocasión de experimentar sensaciones y sentimientos positivos y placenteros.